El caudillo cantonal vocifera, no ruge, ese fue otro que pertenece al pasado, fatalmente nuestra condición humana es incompatible con la inmortalidad, según y la categórica genialidad del MAESTRO Borges.
Las marchas multitudinarias de cientos o de doscientos o de trescientos de miles de ciudadanos, según las medidas periciales de la capacidad máxima de personas por metro cuadrado en la Av. 9 de Octubre: una eterna discusión. ¿Cuántos alineados al sistema, que no quieren salir de la “MATRIX” donde viven con apariencia de libertad (como la máquina de Nozick, diseñada para refutar al utilitarismo de estados mentales) existen en esta ciudad? La ignorancia NO es atrevida ni ignorante, es feliz!!! La capacidad de abstracción de los homos sapiens -para muchos- es más problemática que evolutiva.
Personas enajenadas, cautivas ante el monólogo de su líder mesiánico, que convoca unas veces por la intolerable inseguridad ciudadana, otras veces por unos cuantos millones de dólares que le adeuda el gobierno central, pero que, coincidentemente, y en todos los casos, termina con una “seria” advertencia: nos describe que gracias al apoyo recibido por la marea humana (allí se torna emotivo), al monarca de Carondelet le pende la “Espada de Damocles”. O cumple la petición del libérrimo pueblo de Guayaquil, que es el calco de la exclusiva voluntad de él, su alcalde, o bien, conciudadanos (allí prescribe), listos estaréis para el llamado a la desobediencia civil, y seguro que no nos preguntaremos (allí cuest iona): ¿por quién doblan las campanas?, doblarán por él, la “no grata majestad”, RCD.
¡Somos fieles herederos de la aurora gloriosa!, gente llora, delira, clama, llevan a su caudillo en brazos. Se me vino a la mente la escena más nauseabunda del “Ensayo sobre la Ceguera”: toda una pestilencia, la peor porquería que puede proyectar un grupo de seres humanos. La diferencia es que en la novela del premio nobel de literatura los personajes tenían un impedimento físico, eran ciegos; acá, en la ciudad, los seguidores de los nacional socialistas o de los social cristianos o de los madera guerrero, ¿qué es lo que estoy diciendo?, ninguna de las tres agrupaciones políticas existe en esta ciudad, o sea -quiero decir- existe con seriedad. Verán que acá el sistema de partidos políticos siempre se manejó bajo la política del caudillismo, del cacicazgo.
¿Qué tendría en común con el fascismo (de Hitler y Franco) este personaje autoritario, además del bigote y de su catolicismo? En principio pareciera que NO mucho, porque el fascismo fue un fenómeno -exclusivamente- europeo existente durante el periodo de entre guerras mundiales; los de guayabera –característica- y que sueñan y se desviven por Miami son semejantes al fascismo –especialmente- por su antiLIBERALISMO, antiIGUALITARISMO y antiCOMUNISMO.
Es necesario resaltar que el catolicismo de esta clase de caudillos, que son PROVIDA y a la vez están a favor de instaurar la pena de muerte, juega un rol relevante, pues guarda conformidad con su manifiesta hipocresía: miremos cómo los seguidores del fusilador de los héroes de la 2da. República española, JM. Escrivá, pueden dormir con su conciencia tranquila y pensar que ELLOS sí la tendrán fácil para atravesar por el agujero de la aguja al igual que un camello; dicen ellos que sí serán del grupo de las ovejas y no de las cabras. O sea el presidente del Guayaquil funda esos barriales NO por negocio ni por una futura campaña presidencial, sino por “altruismo”, ¡solidaridad cristiana! ¿WTF?
Volviendo al tema semejante a la borrachera durante la Conversación en la Catedral de Santiago Zavalita junto con Ambrosio. Lo que nunca nos fue aclarado (entre un montón de cosas) es si Don Jaime ejercerá la resistencia al Derecho mediante el poder fáctico de la “masa” o del poder normativo consagrado como un derecho constitucional, de cuál será la estrategia jurídica a seguir y ante cuál de sus todavía esbirros, miembros de la FJ, se ventilará la causa. Porque un montón de incompetentes, intelectuales primero, y jurisdiccionales, luego, semejantes a alfombras humanas fallarán a su favor en la “tremebunda” corte provincial. El poder del garrote lleva cientos de años dando palo impunemente; la “revolucionaria” cuchilla de Samson, el verdugo, nunca se hizo sentir por estos feudos, llamados -ideológicamente- repúblicas de “libres e iguales”.
Gobiernos locales: ¿en qué consiste aquello? El principio que subyace a esta forma de gobierno, no es otro que el principio liberal de la autonomía de la persona. ¡Vamos!, hagan el ejercicio de abstracción; olviden diferencias, PIENSEN. Como yo soy soberano de mí mismo, la única privación de mi libertad permisible es aquella autoimpuesta, según el imperativo categórico de Kant. A mayor lejanía del gobierno, la expedición de decisiones colectivas limitantes de mi libertad, las leyes, menor la participación en las mismas, menor posibilidad de consentimiento individual, a su vez.
Traigamos el gobierno lo más cerca posible para la resolución de conflictos colectivos. OJO, colectivos, las cuestiones privadas quedan sujetas a uno mismo: plan de vida en cuanto la orientación sexual, en cuanto a cuándo poner fin a mi vida si me encuentro con parálisis total, o muerte cerebral (decisión previa); decidir consumir lo que sea perjudicial para mi salud, no sólo tabaco o alcohol: el Estado no tiene porqué proscribir unos modelos de vida y permitir otros (eso se llama perfeccionismo), proscribir cierto tipos de sustancias y permitir otras; la imposición estatal de que siempre, para todos los agentes morales, en todas las circunstancias, la vida debe ser más valorada que la libertad. LIBERTAD DE EXPRESIÓN “casi” ilimitada, pues es un presupuesto necesario para la deliberación pública. FASCISTAS, si se trata de arte, ¿cómo rayos se les ocurre censurar contenidos, peor aún si dicen que se trata de un concurso LIBRE?, ¿ah, qué dicen señores “libérrimos”?
Eso significa tomarse la autonomía en serio, ¿están dispuestos FASCISTAS, garroteros? Otra cosa más: municipios autónomos pero de verdad. Un municipio por cada 200 mil habitantes (aproximadamente), no UNO sólo para más de 2 millones. O, en su caso, reestructurar la administración municipal, tipo Gobiernos Autónomos de Madrid, Barcelona (la ciudad), Buenos Aires. NO puede ser posible que las decisiones de TODA la ciudad las tome un Concejo Cantonal escasamente deliberativo, que resuelve a favor de los caprichos del Alcalde.
Con funcionarios, tipo Melvin Hoyos, que se creen que están por encima del escrutinio público: burócrata tipo personaje de la obra “El Castillo” de Kafka, que “le dan” decidiendo (porque descreo de su paso evolutivo de primate a homo sapiens. SINCERAS disculpas a los protectores de animales) que debe imponer una restricción al concurso de arte LIBRE, violando la norma jurídica suprema y TODOS los instrumentos internacionales de DERECHOS HUMANOS. Solapado por un juez que de garantías jurisdiccionales -efectivamente- no es más que un incompetente, demostrando que los de Montecristi se rayaron por completo.
Tenemos una constitución híper inflada con 444 artículos con un montón de numerales y dentro de algunos de ellos también literales; el catálogo de derechos es enorme; las garantías para hacer que se cumplan se parecen al menú de McDonald´s: hay hasta para escoger en combo, sólo que el servicio es peor que el de porta o CLARO!!! La siguiente cita de Jeremy Bentham, padre del Utilitarismo Clásico, aplica a la perfección para calificar al vigésimo banal intento de frenar a los órganos políticos, o sea la CR2008: “Miren el texto, y encontrarán tonterías –miren más allá del texto, y no encontrarán nada”.
Cómo describir la moral de los fascistas censuradores que son los jefes, los P.U.T.O.S. dueños de la ciudad, que golpean con garrote a los niños porque resulta que para ganarse la vida estos niñitos, que ahora son protegidos de fuertes imágenes artísticas (pornográficas como alegan los fascistas), venden objetos en lo que, para estas autoridades AUTORITARIAS, no es un espacio permitido; nuevamente recurro a Bentham: “Su lógica está de acuerdo con su moral –un torrente perpetuo de idiotez, surgiendo de un abuso perpetuo de las palabras.”