Otra vez lo inesperado en el país de las sorpresas electorales
Theresa May, la primera ministra conservadora de Reino Unido, llamó en abril de 2017 a una elección en la que, creía, según los sondeos previos, tendría una amplia victoria. Se equivocó. Convocados para el 8 de junio de 2017, los británicos —lejos de reforzar el mandato de May— volvieron a hacer lo mismo que en el referendo del Brexit: tirar a la basura las encuestas. Los sondeos de opinión pública le daban a May una ventaja de 20 puntos sobre el líder laborista Jeremy Corbyn. Ese margen nacía de la premisa de que los tories —como se los llama a los conservadores en el LEER MÁS